Las plumas llamativas del Pato Joyuyo le recordaron a la ilustradora Melinda Beck a los diseños de Emilio Pucci, el experto en moda italiano conocido por seguir patrones caleidoscópicos. Su ave, decidió, exhibiría un atuendo de alta costura evolutiva. Los humanos bien vestidos pueden sorprender, “pero la naturaleza sí que deslumbra”, dice Beck.
Primero dibujó la imagen con lápiz, luego la escaneó, la editó con Adobe Illustrator y le agregó color. Para estilizar al pato, siguió el ejemplo de la obra de arte aviar de John James Audubon. “Es hermosa”, dice Beck ––y también tiene un nivel de detalle científico. “Siempre hay pequeñas pistas sobre qué come esa ave, en qué hábitat vive”. Como los Patos Joyuyos frecuentan estanques y pantanos resguardados, Beck coloca al suyo entre ondas de agua que hacen eco en su plumaje. La fruta que tiene el pico sugiere que la especie anida en cavidades de árboles, como muestra el cuadro de Audubon.
Beck tiene este afecto por Audubon y las aves desde su infancia, en Manhattan. Una foto impresa de la Garceta Nívea de la artista colgaba en un cuadro en la sala de estar, y su familia rescató a una Amazona Frentiazul y a otras aves mascotas abandonadas. Hoy en día, el trabajo de Beck suele incluir figuras humanas, así que este encargo le encantó. Una vez más, “las protagonistas son las aves”.
Esta historia se publicó originalmente en la edición de verano de 2019. Para recibir la revista impresa, hágase miembro hoy mismo realizando una donación.