Los sonidos vivaces de las aves Reinita de Lucy machos resuenan en Tanque Verde Wash al este de Tucson. A mediados de abril, las aves han migrado del norte de México para reproducirse y formar sus familias en el área húmeda de Tierra de Cañones de Arizona. Esta mañana, hay al menos dos machos pequeños y de plumas grises cantando y volando de rama en rama en los árboles de álamo. Los socios se encuentran cerca, tal vez dentro de las cajas nido instaladas recientemente por la Sociedad Audubon de Tucson.
Olya Phillips, coordinadora de ciencia ciudadana de la división local, está aquí para documentar el número de Reinitas de Lucy que nidifican y la cantidad de huevos que ponen. La investigación del equipo sobre las aves se ha llevado a cabo durante cinco años, con el enfoque en cómo el hábitat creado por los humanos puede beneficiar a la población local. En el pasado, se solía ignorar a las Reinitas de Lucy, dice Phillips, especialmente porque se las consideraba una especie solo de desierto. Pero, cuando Tucson Audubon escuchó historias de personas que las encontraron en sus patios, el personal decidió lanzar el primer programa de cajas nido para las aves.
Desde 2014, Tucson Audubon ha reclutado a cientos de niños de escuela primaria y otros voluntarios cada primavera para construir e instalar los dispositivos en Arizona. El objetivo no es revertir esta tendencia, sino respaldar a las aves antes de que entren en crisis. Parte de esto incluye recopilar datos de relevamiento para diseñar una estrategia de conservación más amplia para los chipes. “Estamos en el corazón de su área de reproducción. Debe haber un plan para que los ayudemos en el futuro”, dice Phillips.
Las Reinitas de Lucy son solo una de las dos especies de chipes de Estados Unidos que ponen sus huevos en cavidades (la otra es la Protonotaria). Suelen hacer agujeros en árboles de algarrobo maduros en el Desierto de Sonora. Pero, a medida que la capa freática de la región disminuye, los árboles se mueren. Además, los carpinteros talan los álamos y, debido a que los árboles jóvenes invaden las praderas y otras zonas de pastoreo, también lo hace el estado. “Lo único que necesitan las Reinitas de Lucy está siendo atacado de manera agresiva en muchas áreas”, dice Jonathan Horst, director de conservación e investigación de Tucson Audubon.
La reducción de árboles para nidificación puede implicar menos chipes en el futuro. Para prevenir el descenso de la población local, Horst and Tucson Audubon hicieron algo que nadie más había logrado: Diseñaron una caja nido que llevaría a las especies exigentes a los patios urbanos o a áreas de conservación, como Tanque Verde Wash.
El proceso involucró mucha prueba y error, dice Phillips. El primer año, el equipo imitó planos de cajas nido, pero ninguna de las residencias rectangulares atrajo a las Reinitas de Lucy. Luego usaron mediciones de cavidades naturales en la tierra en un cubículo triangular de 10 pulgadas de alto con una entrada en cada lado, lo que favoreció una mejor ventilación en los abrasadores días de verano. El nuevo diseño marcó toda la diferencia.
El último año, los voluntarios establecieron hasta 1,400 cajas en la mitad del estado, desde el Monumento Nacional Tonto en el norte hasta Nogales en el sur. Después de probar el diseño triangular y compararlo con otras cuatro formas, el equipo descubrió que la tasa de ocupación alcanzó el 75%. También contaron cerca de 200 polluelos de Reinitas de Lucy en todas las cajas.
Tal vez los constructores más entusiastas sean los estudiantes de cuarto grado de Manzo Elementary School, ubicado en el histórico Barrio Hollywood de Tucson. Una tarde soleada, seis de ellos se sentaron en una mesa de picnic y escucharon atentamente las instrucciones de Phillips y Horst acerca de cómo armar las cajas y datos divertidos acerca de los chipes.
“Cuantas más oportunidades podamos darles a los niños de estar expuestos a la naturaleza y comprender los procesos naturales —en este caso, la nidificación de las aves— mejor será la educación general”, dice Blue Baldwin, educador de Manzo. “Si queremos que los estudiantes se preocupen por la Tierra y el medioambiente, deben comprender ambos”.
Para Horst, es especialmente importante convocar a los niños para establecer una comunidad que pueda comprometerse con los esfuerzos forestales a largo plazo. Recuerda la impresión que le dieron las cajas de Azulejos Gorjicanelos en la granja de sus abuelos en su infancia. Aunque su familia no lo sabía en ese momento, los condominios de nidificación de un pie, alojados en yardas en todo el hábitat de la especie, impulsaría su regreso en los años 70 y 80. Eso, para Horst, evidenciaba que la conservación comienza en el hogar. Algún día, para una nueva generación de habitantes de Arizona, las Reinitas de Lucy podrán dar el mismo ejemplo.
Este artículo se publicó originalmente en la edición de verano de 2019 como “We Love Lucy’s Warblers” (Amamos a las Reinitas de Lucy).Para recibir la revista impresa, hágase miembro hoy mismo realizando una donación.