La orquídea fantasma es una de las flores más raras y misteriosas de América del Norte. Hasta hace poco, los científicos solo podían adivinar la forma en la que se polinizan las casi 2,000 plantas que se aferran a los árboles de los bosques palustres antiguos de Florida ––nadie había fotografiado esto antes.
Estas flores etéreas florecen en bosques inundados y de difícil acceso y, según se cree desde hace tiempo, solo las polinizan mariposas nocturnas durante la noche. La principal sospechosa es la cocytius antaeus, más conocida como esfinge gigante, que tiene una probóscide del largo suficiente para alcanzar el tubo de néctar de la flor.
Este enigma cautivó al fotógrafo Mac Stone luego de que sus amigos lo llevaran a un claro secreto en lo profundo de un pantano en Florida con cientos de orquídeas fantasma colgando. En el verano de 2018, puso en práctica sus habilidades como trepador y su destreza técnica para ayudar a resolver esta cuestión. Stone reclutó a Peter Houlihan, un científico conservacionista del Museo de Historia Natural de Florida que había pasado más de cinco años frustrado en el intento de atrapar una esfinge gigante in fraganti. Durante meses, el dúo trepó a un árbol del Corkscrew Swamp Sanctuary de Audubon que tenía una orquídea fantasma para colocar una cámara trampa y esperar pacientemente.
La perseverancia dio sus frutos y las fotografías de Stone se encuentran entre las primeras en confirmar la corazonada de los científicos y en revelar un giro inesperado. “Estamos reescribiendo la historia de esta orquídea”, dice Stone.
Las orquídeas fantasmas, llamadas así por su color blanco y sus tallos finos deshojados que hacen que parezca que las flores están flotando, prefieren bosques pantanosos y tropicales y hay pequeños grupos al sur de Florida y en Cuba. En los Everglades, algunas se esconden en las copas de árboles altos, lejos del alcance humano. Las que están más cerca del suelo pueden caer en manos de cazadores furtivos, que arrancan las flores de los troncos y ramas, violando las leyes estatales que la declaran especie amenazada. “Descubrir los secretos de la ecología de la orquídea podría brindarnos datos científicos para concientizar a la población sobre la necesidad de que la planta cobre importancia a nivel federal”, dice, Houlihan. Esto generaría que se apliquen multas más onerosas a los cazadores furtivos y lograría el financiamiento necesario para proteger mejor las flores y sus hábitats.
Stone y Houlihan no tenían que explorar los Everglades para encontrar una flor ––una se veía desde la pasarela de Corkscrew Sanctuary, a 50 pies de altura de un ciprés imponente. El santuario tiene una “súper” orquídea fantasma única y con varios tallos que se ve desde la pasarela, retratada arriba, que serpentea a través del bosque palustre. El equipo de Audubon trabajó con el dúo para asegurarse de que el proyecto no dañara ninguno de los árboles centenarios del refugio. También les brindaron a Stone y a Houlihan viviendas en el lugar, para que pudieran acceder con facilidad a su sujeto de estudio. “Esperamos que puedan capturar la imagen más codiciada”, dice Shawn Clem, directora de investigación del santuario.
Los científicos sospechan desde hace tiempo que la esfinge gigante, con una envergadura de 5 a 7 pulgadas, era la única que polinizaba las orquídeas fantasma. Si miran de cerca, verán que hay más que corteza de árbol en esta foto. Stone se topó con esta esfinge gigante enorme cuando trepaban con Houlihan a un ciprés en Corkscrew. Cuando Stone se lo mostró a Houlihan, a este último le sorprendió que Stone hubiera encontrado uno de los insectos debido a su rareza y a su eficiente camuflaje.
Houlihan, retratado arriba, conoció la orquídea fantasma cuando se mudó a Florida, en 2012. Había investigado una orquídea muy similar en Madagascar y le sorprendía que aún nadie hubiera documentado su proceso de polinización. Más tarde comenzó a trabajar en los Everglades. “Nadie desea soportar el masoquismo de averiguar esto”, dice, riendo. Ha abordado la cuestión de diversas maneras durante más de cinco años: Colocó cámaras en el camino con la intención de captar alguna mariposa nocturna grande pero no sucedió; se sentó en las escaleras durante horas con la cámara infrarroja en la mano, esperando poder retratarlas cuando aparecieran y nada. Houlihan durmió en el pantano, donando incontables gotas de sangre a la comunidad de mosquitos del sur de Florida. Para cuando le pidió ayuda a Stone, Houlihan estaba a punto de rendirse. “Mi primera respuesta fue ‘buena suerte’”, cuenta. Pero conocía a Stone y le gustaba la idea de pasar unos meses trepando árboles, así que accedió a pasar un verano más con el proyecto (y los mosquitos).
El proceso de polinización de la orquídea fantasma es un juego de ruleta floral. No todas las flores que florecen reciben los mismos polinizadores. Stone, retratado arriba, sabía que había pocas posibilidades de estar sentado en la flor correcta en el momento correcto. Así que utilizó una cámara de última tecnología que dispara cuando siente movimiento y cambios leves de temperatura, lo cual indica que un ser vivo está en cuadro. Obsesionado con lograr la toma perfecta, el fotógrafo, establecido en Carolina del Sur, se pasó el verano haciendo viajes de último minuto a Florida para jugar con la configuración y la posición de su cámara. Al principio, Stone aseguró su equipo en la rama de un árbol (como se aprecia en la imagen). Preocupado de que no resistiera, finalmente diseñó un brazo de acero que ató al árbol para soportar el equipo.
A unas tres semanas de haber comenzado, la cámara de Stone captó una esfinge gigante justo arriba, visitando la flor. Estas fotografías se encuentran entre las primeras en documentar la polinización de la orquídea fantasma. Los científicos sospechan desde hace tiempo que la culpable es la esfinge gigante.
Pero las cámaras también captaron una esfinge de la higuera, visitando la orquídea de la misma manera y lo único que se ve es una nube naranja de polen sobre su nariz. Esto sugiere que la esfinge de la higuera, que debe acercarse más a la flor para acceder a su néctar y por ende atrapa más polen, quizás contribuya más al proceso de polinización ––pero posiblemente tenga ayuda. El fotógrafo Carlton Ward, quien también intentaba capturar el comportamiento esquivo en el Refugio Nacional de Vida Silvestre de Florida Panther, cerca del lugar, donde documentó seis tipos de mariposas nocturnas alimentándose de orquídeas fantasma. Juntas, las fotografías de Stone y de Ward han terminado con las conjeturas y los supuestos sobre la polinización de la orquídea fantasma.
Stone y Houlihan también comenzaron a observar más de cerca las mariposas nocturnas del suelo. Houlihan se liberó del dispositivo-trampa luminoso que utilizó durante su propia búsqueda de la orquídea fantasma. Mientras la luz atraía insectos a la tela, se formaba una tormenta a la distancia, lo que le permitió a Stone tomar esta imagen cautivante de ciencia en acción.
Por primera vez, Houlihan, retratado arriba, logró atraer una esfinge gigante hacia su trampa luminosa. A partir de las fotos de Stone, Houlihan cree que es posible que la probóscide del insecto en realidad sea demasiado larga para polinizar la orquídea fantasma. Esto significa que la esfinge podría estar simplemente robando néctar de la orquídea fantasma sin ayudar a polinizarla, dejándole esta tarea a la esfinge de la higuera y a las demás mariposas que Ward documentó.
La “súper” orquídea de Corkscrew que facilitó el descubrimiento de Houlihan y de Stone recién se descubrió en 2007. Clem, directora de investigación del santuario, se pregunta qué otros descubrimientos increíbles pueden estar esperándolos. Dice que resolver el misterio de la polinización subraya la importancia de preservar espacios salvajes y frágiles como Corkscrew, que enfrenta distintas amenazas.
El desarrollo en torno al santuario está modificando la hidrología del pantano, con lo cual hay menos agua disponible cuando el cambio climático ya está generando una mayor sequía en la región. Si el hábitat resulta muy árido, los árboles del santuario y otros de los que dependen las orquídeas fantasma quizás no sobrevivan. “El ciprés calvo antiguo que tenemos no es algo que se pueda recrear a partir de la restauración”, dice Clem. “Una vez que se pierde es para siempre”. Este descubrimiento, y la concientización y el financiamiento que los científicos esperan que inspire, podría ayudar al pantano, a los árboles antiguos y a los misterios que cuelgan de ellos para sobrevivir un futuro incierto.
Esta historia se publicó originalmente en la edición de verano de 2019 como “Catching a Ghost” (Atrapar a un fantasma). Para recibir el ejemplar impreso de la revista, hágase miembro realizando una donación hoy mismo.