Hace más de un siglo, el presidente Theodore Roosevelt creo el Monumento Nacional Gran Cañón, denominando al enorme precipicio “el gran paisaje que todo estadounidense debería ver”.
Hoy en día, el icónico monumento cuenta con estatus de parque nacional, y el área protegida se ha expandido para comprender toda la formación de 277 millas. Pero para las tribus indígenas de Arizona, como los Havasupai y los Navajo, eso no es suficiente. Estas comunidades buscan proteger 1,7 millones de acres alrededor del cañón para evitar que la minería de uranio amenace la pureza de su agua. Los defensores están presionando al presidente Barack Obama para que cree un Monumento Nacional más extenso llamado el Greater Grand Canyon Heritage National Monument y ponga un freno permanente a las concesiones mineras en la zona.
Esta no es la primera vez que el Gran Cañón ha enfrentado la amenaza del desarrollo, y de seguro no será la última. Las increíbles capas de arenisca, esquisto, y caliza que atraen millones de visitantes al parque cada año también esconden ricos yacimientos de uranio y otros minerales preciosos. En el 2007, los precios de los minerales subieron y se volvieron a abrir cuatro minas que se habían cerrado anteriormente. Con tres de las minas aun operando en la cuenca del cañón, las comunidades del área temen que, lentamente, se estén envenenando sus escasos recursos .
Las empresas mineras sostienen que cualquier contaminación posible jamás llegaría hasta el parque. Pero en el año 2010, el Departamento de Estudios Geológicos de los Estados Unidos descubrió que 15 arroyos y cinco pozos fuera de los límites del parque tenían concentraciones de uranio que excedían los límites de las normas federales de agua potable. El Servicio de Parques Nacionales, además, resalta su preocupación sobre la falta de supervisión en la contaminación de agua subterránea por parte de la industria.
Hace cuatro años, el Departamento del Interior prohibió la nueva minería de uranio en 1 millón de acres federales durante un periodo de dos décadas. La Asociación Nacional de Minería apeló dicha orden; el caso aún se encuentra en los tribunales. Pero un nuevo monumento nacional haría que la prohibición fuese más sólida, por lo que siete tribus se han unido con ambientalistas y representantes de Arizona para apoyarlo.
“Estamos viendo un legado de beneficio para la industria a expensas del cañón”, dice Anne Moriah Tapp, directora del programa energético del Grand Canyon Trust. “Hay mucho riesgo en juego en uno de los mayores recursos del mundo”. Ahora depende de otro presidente salvarlo.
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Observe algunos de los momentos de conservación más importantes del cañón a través de los años: