Jay Pitocchelli ha tenido muchos roles —profesor, ornitólogo, técnico de sonido— pero nunca pensó que sería un experto en acentos canadienses. Hace doce años, Pitocchelli grabó a los chipes de pechera en sus varias áreas de reproducción en el sur de Canadá y el noreste de los Estados Unidos. En su laboratorio en Saint Anselm College, en New Hampshire, Pitocchelli notó un patrón inusual en los sonogramas que había hecho: los chipes de pechera en diferentes "vecindarios" de reproducción tenían su propio canto.
La especie, descubrió, es un ave cantora con dialecto regional, lo que quiere decir que la población de cada región tiene un dialecto distintivo (el fenómeno es muy conocido en algunas aves, como los gorriones de corona blanca y los herrerillos comunes, pero no ha sido documentado en muchos chipes). Una población de chipes de pechera, por ejemplo, canta la misma canción a lo largo de cientos de millas pero, donde aparece una barrera (como una cadena montañosa o un lago grande), las aves cambian su canto.
Este hallazgo le dio una idea a Pitocchelli. Durante años había intentado trazar el camino del chipe de pechera a través de América del Norte. Las aves principalmente pasan el invierno en Costa Rica, Panamá y el noroeste de América del Sur, antes de migrar a través de México hacia Texas. Los cuatro grupos de dialectos regionales que Pitocchelli identificó, ─Newfoundland, Nova Scotia, de las provincias de las praderas y del este─ terminan reproduciéndose en diferentes zonas de Canadá. Al escuchar el canto de un chipe de pechera es posible que pueda seguir su migración completa.
En mayo de 2015, Pitocchelli implementó un proyecto de colaboración abierta para la creación de mapas. Le pidió a los avistadores de aves que grabaran el canto de chipes de pechera en sus teléfonos desde abril hasta mayo. "Cuando la gente envía sus grabaciones, inmediatamente puedo ver en el sonograma de dónde [en Canadá] proviene el ave. Es como si lo estuviera leyendo en español o en francés", dice Pitocchelli. Luego marca la ubicación del ave y conecta los puntos para trazar una ruta.
Básicamente el proyecto podría documentar evidencia de cambios en el canto del ave en tiempo real. "¿Parece que existe el potencial para que una nueva especie evolucione dentro de esta área de reproducción del chipe de pechera? ¿Migran juntas o se separan de otras poblaciones? Eso es lo que estamos intentando averiguar", dice Pitocchelli. Ya ha detectado que las aves que convergen en el límite de los dialectos regionales de la pradera y del este, justo al norte de los Grandes Lagos, tienen un canto híbrido.
Que docenas de avistadores de aves graben los sonidos del campo también puede ser útil para estudiar otras especies dispersas y elusivas. O podría llevar al descubrimiento de un candidato para un nuevo dialecto regional. "Es un buen enfoque que demuestra cómo los científicos ciudadanos pueden hacer contribuciones sustanciales a nuestro conocimiento de la biología de las aves", dice Lauryn Benedict, ornitóloga y profesora adjunta de la University of Northern Colorado. Cada grabación es un audífono al mundo de las aves, un mundo que recién estamos empezando a descifrar.
¿Tiene buen oído para el canto de los chipes? Envíe un correo electrónico a jpitocch@anselm.edu para averiguar cómo puede ayudar con el proyecto de creación de mapas. Incluso puede practicar con nuestra prueba de cantos.
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¿Puede traducir estas melodías de los chipes?
Vea si puede adivinar a qué dialecto regional pertenecen estas aves en base a las grabaciones de su canto (cortesía de Jay Pitocchelli). Recuerde, sus opciones son: del este, de la pradera, de Newfoundland y de Nova Scotia. Las respuestas están al pie.
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1) de Nova Scotia; 2) de la pradera; 3) del este; 4) de Newfoundland