Nota del Editor: Ante el monstruoso desafío del calentamiento global, una narrativa de futilidad ha echado raíces: "Durante décadas, no hemos hecho nada para solucionar este problema y ahora no hay manera de detenerlo". Tres sabios estrategas nos hemos reunido para convencerlo de que ambas partes de dicha declaración son totalmente erróneas.
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Con el crecimiento anual de la población mundial y la clase media, las naciones y los inversores se encuentran centrados en el crecimiento económico. Contrario a cierto pensamiento convencional, esto no es necesariamente algo malo para la acción sobre el cambio climático. De hecho, teniendo en cuenta que tenemos que seguir satisfaciendo nuestras necesidades de alimentos y combustibles, el único camino viable para abordar el problema del cambio climático es mantener el crecimiento en un mundo con recursos limitados. Es por esta razón que muchos países, tanto en el mundo desarrollado como en los países en vías de desarrollo, ya están invirtiendo fuertemente en un futuro bajo en carbono. Las inversiones públicas y privadas en la economía baja en carbono están generando beneficios, reduciendo emisiones y generando resistencia a las crisis energéticas y climáticas.
Con base en nuestro trabajo en Climate Policy Initiative asesorando a los responsables políticos de todo el mundo sobre la manera de ampliar el crecimiento bajo en carbono, aquí tenemos un plan de tres partes sobre cómo fomentar y acelerar la acción efectiva a nivel mundial.
Quedarse Con Lo Que Funciona
La idea de que no se está haciendo mucho para abordar el calentamiento global es un mito. Cada día, se invierten unos mil millones de dólares a nivel mundial en acciones concretas para luchar contra el cambio climático. Cabe destacar que la mayor parte de este dinero proviene del sector privado, con políticas gubernamentales que juegan un papel importante para facilitar dicha inversión. Mantener la cooperación público-privada funcionando sin problemas es el primer paso hacia un futuro bajo en carbono.
Anexo A: en Brasil, las políticas de seguimiento por satélite y de fuerzas de seguridad que protegen el Amazonas contrarrestan más emisiones cada año que toda la energía renovable en Europa junta. Al continuar mejorando la vigilancia y el cumplimiento, Brasil puede construir sobre estos logros. Al mismo tiempo, para hacer crecer su economía mientras protege los bosques, y por lo tanto el clima, Brasil se encuentra, a su vez, en busca de maneras de aumentar la productividad agrícola en las tierras existentes.
Anexo B: a nivel mundial, las centrales de carbón representan aproximadamente el 45 por ciento de las emisiones de CO2 relacionadas con la energía; eliminarlas de forma gradual puede significar un gran paso hacia el logro de reducir las emisiones necesarias para cumplir el objetivo de la Agencia Internacional de Energía de limitar el aumento promedio de la temperatura mundial a no más de 2 grados centígrados, un umbral que cuenta con una amplia aceptación para un cambio climático verdaderamente peligroso. De completarse las reglas propuestas por la Agencia de Protección Ambiental para reducir las emisiones de energía en un 30 por ciento por debajo de los niveles del año 2005, aumentarían las políticas que los Estados Unidos y Europa ya tienen en marcha para movilizar este proceso.
Éxito, y Exportación, A Gran Escala
Debido a que muchos enfoques existentes demuestran ganancias para las regiones que los han implementado, podemos mejorarlos o ampliarlos en nuevas regiones y realizar un incremento de forma gradual. En algunos casos, tenemos que abordar las barreras que se interponen en el camino.
Anexo A: El sistema de comercio de derechos de emisión de California podría ampliarse a otros estados, y ya se ha vinculado con el de Quebec. Estos sistemas podrían ayudar a reducir los costos de los estados para cumplir con las regulaciones propuestas por la EPA; muchos estados están considerando estas opciones.
Anexo B: La India tiene un gran potencial para la energía eólica y la energía solar, dada su ubicación y su geografía. Con la reducción de los costos, el país también tiene objetivos ambiciosos de expandir las energías eólica y solar, con el fin de reducir la dependencia de las importaciones de carbón, al mismo tiempo que se satisfacen las crecientes necesidades de energía. Recientemente, el gobierno de la India anunció planes para un gigavatio adicional de energía solar en el próximo año, alrededor de la mitad de la capacidad de la Presa de Hoover y suficiente para satisfacer las necesidades energéticas de dos millones de personas. Sin embargo, las barreras financieras, tales como el costo de la deuda, suman un tercio del costo de la energía renovable en la India, en comparación con los Estados Unidos y Europa, por lo que es más difícil cumplir estos objetivos. Si hace que pedir prestado sea más barato, por ejemplo, la India puede ahorrar hasta un 78 por ciento de los subsidios para las energías renovables, al mismo tiempo que utiliza más de las mismas. Y otras economías emergentes, muchas de las cuales tienen problemas similares, pueden aprender y adoptar estas políticas.
Prever y Construir el Futuro
Sin embargo, las políticas existentes y las mejoras progresivas pueden llevarnos solamente hasta cierto punto. En el sector energético, muchos países pueden alcanzar con éxito el 20 por ciento, o incluso el 30 por ciento de la energía renovable en su combinación energética, en la forma en que se encuentra actualmente estructurada. Pero eso no es suficiente. Y tratar de incorporar más cambios en un sistema actual, desarrollado principalmente para la energía de combustibles fósiles puede aumentar los costos más allá de lo posible o necesario. Debemos repensar el sistema eléctrico y rediseñarlo para la energía renovable. La tecnología está ahí; son los sistemas los que se retrasan, incluso cómo transmitimos y establecemos los precios de la energía, cómo equilibramos la demanda y el suministro, y cómo tratamos con los clientes. El reto, tanto para los sistemas de energía como los de alimentos, será optimizar el uso de los recursos a través de una combinación de sistemas eficientes y nuevas tecnologías que se apoyen en buenas políticas.
Anexo A: Pasar de la agricultura extensiva que consume más tierra, hacia la agricultura intensiva que genera más rendimiento en tierras existentes requerirá no solo una mejor tecnología, sino también infraestructura nueva y mejorada. Por ejemplo, en Brasil, las carreteras en mal estado hacen que el transporte sea costoso: transportar una tonelada de soja desde uno de sus municipios líderes en producción de soja hasta su punto de exportación es casi tres veces más caro que transportar la misma cantidad de soja una distancia similar en los Estados Unidos. La implementación de tecnología y mejoras de sistemas de última generación para aumentar la productividad, sin dejar de combatir la deforestación ilegal, permitirá a las naciones agrícolas mantenerse al día con la creciente demanda mundial, de una manera sostenible.
Anexo B: los nuevos sistemas de redes inteligentes y micro-redes para brindar control a los clientes también están surgiendo en el sector eléctrico. Imagine ser capaz de ahorrar dinero en electricidad cada mes, eligiendo cuándo cargar su vehículo eléctrico, en base a cuándo es menor la demanda, del mismo modo que usted puede controlar el uso de datos en su teléfono inteligente. Otros sistemas similares podrían aumentar la eficiencia, apoyar las energías renovables y ahorrarle miles de millones de dolares a clientes, inversores y contribuyentes.
Thomas C. Heller es el Director Ejecutivo de Climate Policy Initiative (CPI), un equipo global de analistas y asesores que trabajan para mejorar las políticas energéticas y del uso del suelo más importantes del mundo, con un enfoque particular en las finanzas. CPI también es un contribuyente principal en el informe The New Climate Economy, un proyecto de la Comisión Mundial sobre la Economía y el Clima presidido por el ex Presidente de México, Felipe Calderón, el cual será presentado en septiembre.
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